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domingo, 10 de abril de 2011

Mi vida en 345 palabras

Esa era yo, con la madre que me parió...
Nací, lamentablemente para mi madre, con la cabeza demasiado grande. Aprendí a hablar demasiado rápido, y me gustó intentar entender a los mayores desde mi pequeña altura y mi gran capacidad de decir lo que pienso sin tener muy en cuenta si suena bien o mal.


Mi infancia pasó entre amigos (algunos aún perduran a día de hoy, y son esas “hermanas de alma”), maestras que me pedían que hablara menos porque distraía a mis compañeritos, y bailando. Cuando empecé era realmente mala, un árbol tenía más swing que yo, pero gracias a esa profesora que a veces era un poco cruel, hoy puedo decir que me muevo bastante bien.


Mi rebeldía llegó de la mano de cortarme un pelo largo hasta la cintura por encima de los hombros, y la vergüenza ante la mirada masculina me llevó a usar ropa ancha para esconder las curvas (cuando, por fin, las tuve). Me siento orgullosa de haber vivido la adolescencia lentamente, sin apurarme por ser más vieja de lo que era. Recuerdo las primeras salidas, eran todo un acontecimiento dónde llamar la atención de aquel amigo. Fui, hasta unos años después de mi adolescencia, una completa inexperta del amor, lloré mucho por gente que no valía la pena, y con 20 años (demasiado pronto, comparado con otros), descubrí que amar significa llorar, pero de alegría.


En estos 21 años, todo lo que soy se lo debo a las personas con las que me crucé: algunas, fugaces, desaparecieron al poco tiempo dejándome recuerdos, otras, como mi familia, están ahí desde antes que recuerde, y son los pilares de mi educación, los formadores de mi carácter y los impulsores de mis logros. Otros, están hace tanto tiempo que ya están lo suficientemente curados de espanto como para tener la seguridad de que no van a salir corriendo. Y los que están hace relativamente poco, sé que conmigo se van a quedar, porque fueron escogidos de forma consciente por mi madurez de ser, que me ha llevado a distinguir a quienes vale la pena dar una parte de mí.

1 comentario:

  1. A pesar de contarme entre las "no escogidas"de forma conciente, puedo asegurarte que nunca sere de las que salga corriendo...te amo, tan sencillo como eso...

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