Política, economía, sociedad, amor, vida y muerte. ¿Algo más? También.

viernes, 10 de agosto de 2012

No es solo cosa de mujeres

"La moda es el arte más poderoso que hay, es movimiento, diseño y arquitectura, todo en uno. Muestra al mundo como somos y como nos gustaría ser" (Blair Waldorf)

Tal vez sea poco pretencioso comenzar el retorno de este blog con una frase de una serie tan mala como Gossip Girl (y eso que soy ferviente admiradora). Pero dentro de la mediocridad del guion, el personaje de Blair sobresale, y ha marcado un antes y un después en el tema que hoy quiero mencionar -y del que me asombra no haber hablado antes, o al menos eso creo-: la moda. 
¿Qué es la moda? Para los sabiondos que hacen diccionarios, es un uso o costumbre que está de moda -nunca mejor dicho- durante un tiempo en un lugar, y se centra principalmente en el mundo de la moda- repetitivo, ¿no? pero bueno... se refiere a complementos, ropa, zapatos...-. 
¿Qué es la moda para mí? Esta pregunta es importante porque de allí se desprende el interés de una persona tan aparentemente tan racional -o sea, yo- por algo tan completamente irracional y hasta estúpido. Dice mi madre, entre las mil anécdotas de madre que tiene- que antes de hablar ya elegía qué ponerme señalándolo con el dedo, y que no me podían comprar nada que me disgustara porque no había forma de ponérmelo. Pues bien... educada a partes iguales por el gusto sencillo, clásico y elegante de mi madre a partes iguales con mi rebeldía infantil, llegué a la más temida etapa de la vida de uno: la adolescencia.
La dulce niña de cabello largo y vestidos de princesa convirtió su revolución interna en una libre interpretación de la moda en la que, para más detalles, el pelo cortado al estilo ex-presidiario -así se lo denomina, gracias a mí, a ese corte- y unos shorts a rayas verdes, una camiseta amarilla y unas zapatillas azules eran el súmmum del estilo. 
En algún momento, como a todos, mi acné se apaciguó, mis hormonas se tomaron un descanso de la constante ebullición y senté cabeza respecto al aparente daltonismo que había sufrido esos años. La carrera hacia el ser humano que soy hoy, y que según dicen, tiene bastante estilo al vestir, recién había comenzado. A muchos no les parecerá gran cosa el saber combinar los colores, pero creanme que es difícil. Todos sabemos que rosa y rojo no combinan, sin embargo Chanel ha logrado que queden bien. Y el negro y el marrón, según el tono de marrón, puede ser un acierto. ¿Y alguien sabe lo que es el color borgoña? Yo aún no...
Hay gente que nace estrella, y otros que nacen estrellados, y en eso del buen gusto y del estilo, la regla también se cumple. Hay que saber cuatro máximas: el dinero no da la elegancia (Donatella Versace), si te quieres vestir de pordiosera y resultar glamourosa solo puedes apellidarte Olsen, menos es más, y que no hay nada peor que no vestirse adecuado para la ocasión. 
A esta altura muchos de mis más sabiondos lectores están periendo las esperanzas y por eso les voy a devolver la fe en mi: ¿quien de ustedes, en algún momento, para bien o para mal, no se fijó en cómo iba vestida otra persona, o se preocupó por qué ponerse? NADIE. A los hombres les atraerá la mujer con la minifalda más corta o la camiseta más escotada, y la moda es nuestra gran aliada en el juego de la seducción. ¿Quién no escuchó decir que la Beckham iba acertada en la boda de los príncipes de Inglaterra aunque fuera de negro? Se repitió hasta la saciedad, y todos sabemos que no se puede ir de blanco o de negro a un casamiento, por protocolo, y por MODA. 
Las cosas son así: la moda, queramos o no, está presente cada día de nuestras vidas. Habrá gente que diseñará y en eso se irá su vida, otros se dedicarán a ver los desfiles de Victoria's Secret para ver los buenas que están las modelos (y por algo es el segundo evento más visto después de la Super Bowl). Hay gente que simplemente siente que su armario está lleno de nada que ponerse... y yo, yo paso cerca de una hora al día navegando, viendo streetstyles -una modalidad de blogs que muestran lo que visten personas comunes pero con estilo-, viendo las nuevas temporadas de tiendas de pret-a-porter y desfiles de Elie Saab, quien en un futuro diseñará mi vestido de novia, y lo sé. 
La moda no es una panda de modistos histéricos y modelos escuálidas. La moda no es la masificación y la falta de personalidad. Eso es lo que nos quieren vender. Sin embargo, y coincidiendo con Waldorf, la moda es uno de los mayores artes y medios de expresión que podemos encontrar. Solo basta conque cada mañana te arrastres somnoliento al armario y pienses ¿qué me pongo hoy? para que tu ánimo y tu creatividad afloren. La moda no nos hace a nosotros, no nos domina, no nos ata. Nosotros creamos la moda, cada día, al salir a la calle con la creación sobre nuestro cuerpo.