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lunes, 12 de diciembre de 2011

El amor jugando a la Rayuela

 
Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al revés”. Así decía el gran Cortázar en Rayuela, una novela apta para todos, entendible para unos pocos.
Los científicos descubrieron que el amor surge en un segundo y que tan solo es una adicción (produce lo mismo que fumarse un porro o hacerse una raya de cocaína) que se supera en un plazo máximo de dos años. La mayoría de las personas coinciden en que el amor existe gracias al conocimiento de la esencia del otro, y por ende, que el amor nace como fruto del tiempo compartido entre dos almas. Algunos corazones rotos afirman que no existe, y que tan solo es una forma bonita de designar nuestros deseos sexuales. El amor es uno de los sentimientos más potentes, más puros y más antagónicos de todos: puede construir así como destruir una vida en poco menos de lo que dura en ser pronunciada una palabra. No es la muerte, ni Dios, ni siquiera la curiosidad por saber si otros como nosotros, tan egoístas y narcisistas, respiran en otros planetas… es tan solo el amor, el misterio más grande de la humanidad. Porque el amor es un sentimiento tan universal que no hay una única manera de comprenderlo.
Me atrevería a decir que el amor es el fundamento de nuestra cultura. Ni la política, ni la economía, mucho menos asuntos tan importantes como los derechos humanos, o incluso Dios –que gozó durante mucho tiempo del beneficio de tener su propio Best Seller- han creado tantas montañas de material cultural. Bécquer, perdido en las pupilas azules de alguna doncella, le concede a ella el máximo esplendor de ser la poesía; los amantes apasionados de Rodin, que se besan como si estuviesen pronosticando el sangriento final; y Rubens muestra la primordial necesidad de un hombre de ser amado dibujando finamente El Juicio de Paris.
¿Qué es el amor? El amor es cultura, es cada pieza musical, cada narración o poema, todas las pinturas y esculturas, y esas historias de la pantalla grande. El amor se compone de cada fragmento de nosotros mismos, es un algo cambiante y creciente, que se transforma día a día ante la mirada particular que brinda cada ser humano a una pieza cultural. Rayuela resume en un solo libro, cada cristal roto de ese amor, cada posibilidad, cada sentido. Porque, como bien dice Cortázar, no se puede elegir en el amor.  
Foto: Megyarsh

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